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Reflexión en torno al cíborg del futuro y la evolución hacia lo posthumano

20 de octubre de 2014


Diversas perspectivas de análisis sobre la implantación de la tecnología en el cuerpo humano, en combinación con una lúdica metodología, ofreció Joe Tranquillo en workshop en el Centro de Innovación UC.

Innumerables son las películas y series de televisión que han encontrado en la figura del cíborg un motivo atractivo, para crear universos simbólicos que retratan cómo será nuestra vida durante las próximas décadas o siglos. Lo que llama la atención, siguiendo la sugerencia del académico Joe Tranquillo, es cómo se ha evolucionado desde una representación cercana a lo maligno y casi demoníaco, hasta una en la que la simbiosis entre ser humano y tecnología parece mucho más natural, positiva y parte de un destino irremediable e inexorable.

Este fue el punto de partida del taller que ofreció en el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, el pasado jueves 16 de octubre, el profesor asociado de Ingeniería Biomédica y Neurociencia de Bucknell University. Históricamente, sostuvo el expositor, “nos sentimos atemorizados por los cíborgs debido a los estereotipos transmitidos  a través de producciones audiovisuales, sin embargo, hoy la gente se da cuenta que este personaje puede ser positivo”. Cualquier tecnología tiene buenas y malas consecuencias, afirma, por lo que surge la pregunta: ¿Cuál es la frontera entre ambos efectos? El taller tuvo como objetivo precisamente explorar dicha línea, sostuvo.

Según el docente, hay una estrecha relación entre lo que hacemos desde una perspectiva biológica y las funcionalidades que presentan ciertos objetos, no obstante, tendemos a obviar que muchos de estos últimos nos proveen una función también biológica. Ello fue representado con ilustrativos ejemplos que establecían analogías entre movimientos de extremidades y funcionalidades tecnológicas.

 

“Superpoderes” y lo posthumano

Joe Tranquillo explicó que el cíborg aun puede ser humano. De acuerdo a su visión, las personas hoy son distintas a las de décadas y siglos atrás, por lo que es necesario que asimilar esta idea. La figura del cíborg debe ser puesta bajo esta óptica, las que nos puede llevar a pensar e imaginar sobre las capacidades, “superpoderes” o funcionalidades que tendrá este personaje en el futuro. De hecho, ya hay ejercicios concretos de implantación de tecnología en el cuerpo humano, lo que se comprueba fácilmente con la dependencia que hemos alcanzado de desarrollos como la telefonía celular, audífonos y, más recientemente, con Iwatch y Google Glass.  ¿Qué sucederá cuando este ejercicio se expanda? No cuesta imaginar entonces que los seres tendremos mucha tecnología incorporada.

El académico utiliza el término de “post human” para referirse al hombre que incorporará y asimilará crecientemente tecnología, pero sin la capacidad de borrar su esencia intrínseca. En este contexto, los ejercicios ejecutados propuestos por Tranquillo y ejecutados por los asistentes al workshop, permitieron diferenciar entre funcionalidades tecnológicas y lo propiamente humano. La persona igualmente conservará características como aprender, soñar, idear, sentir y amar, más allá de la incorporación de mucha tecnología. La definición de cíborg involucra la conservación de rasgos humanos, más allá de los “superpoderes” que se anhela tener. Con respecto a estos último, hubo coincidencia en los asistentes en torno al deseo de contar con capacidades como volar y teletransportarse, como así también con la presencia de sensores que permitan un monitoreo de variables internas en combinación con aplicaciones automáticas como despertar todos los días a la misma hora o hablar todos los idiomas.