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El modelo finlandés que inspira a ARAUCO para impulsar la construcción con productos de alta ingeniería en madera

8 de enero de 2020


La nota fue publicada originalmente en El Mercurio, el día 22 de diciembre de 2019. «Creemos que Chile tiene la posibilidad de transformarse en un referente latinoamericano y mundial en construcción en madera» comenta Francisco Lozano, gerente de Innovación de la empresa socia del Centro de Innovación UC, ARAUCO, desde Finlandia. La empresa chilena no solo conoció […]

La nota fue publicada originalmente en El Mercurio, el día 22 de diciembre de 2019.

«Creemos que Chile tiene la posibilidad de transformarse en un referente latinoamericano y mundial en construcción en madera» comenta Francisco Lozano, gerente de Innovación de la empresa socia del Centro de Innovación UC, ARAUCO, desde Finlandia. La empresa chilena no solo conoció la experiencia, sino que a través de su joint venture con Etex, la start up E2E, está en un agresivo plan de inversión para impulsar la industria de la construcción basada en productos de ingeniería en madera en Chile. Y acaba de concretar su primer salto internacional, llegando a acuerdo para comprar la firma Tecverde Engenharia, en Brasil.

En Finlandia, la ciudad de Joensuu, la sexta más importante del país, se propuso compatibilizar dos necesidades: albergar numerosa cantidad de estudiantes universitarios, junto con el objetivo como país de llegar a ser carbono neutral al 2035. Ambas metas llevaron a la administración de la ciudad -un símil a la alcaldía- a llevar a cabo un inédito proyecto inmobiliario de carácter público: levantar un edificio en madera que funcionara como residencia universitaria, pensando en las externalidades negativas de la construcción convencional basada en cemento, por las emisiones de CO2 que esta industria genera.

El inédito proyecto ya cristalizó y se transformó en el edifico más alto de toda Finlandia construido ‘verdaderamente’ con madera, explica Janna Puumalainen, directora de Estrategia de la Ciudad de Joensuu. Solo en el primer piso y cimientos -por norma constructiva- se usaron materiales convencionales de concreto.

El edificio Lighthouse como se llama el inmueble, tardó 17 meses en ser levantado, a un costo solo 10% mayor que si hubiera sido construido de manera convencional, dado que se trató de la primera experiencia de esta envergadura.

Y si bien es el edificio más alto y una innovación, resalta Puumalainen, en este país nórdico la madera ha entrado con fuerza en la industria de la construcción, lo que se nota en cada esquina. En Helsinki también están edificadas en madera la ‘Capilla del Silencio’ -un óvalo que es uno de los importantes atractivos turísticos de ciudad- y su casi recién inaugurada biblioteca pública Oodi, un verdadero centro de innovación y encuentro para escolares, emprendedores y adultos mayores, que consta de espacios con implementos como máquinas de coser, estudios de música y televisión, impresoras 3D, todo de acceso gratuito para los usuarios, salvo pagar los materiales que empleen.

A este lado del Atlántico, Arauco ha seguido la pista del modelo finlandés y, en particular, del caso del edificio Lighthouse. ‘Vinimos en marzo y vimos el edificio en obra gruesa. Nosotros veníamos trabajando en mejorar los productos de ingeniería, y se aceleró. Las cosas que hemos ido haciendo se van validando. Es una nueva industria’, resume Francisco Lozano, gerente de Innovación de Arauco, tras participar de un recorrido por el edificio en Joensuu.

Es que esta firma ligada al grupo Angelini lleva tiempo trabajando su propio proyecto para impulsar en Chile y otras fronteras la construcción basada en madera. En abril de este año cristalizó un joint venture en 50% cada uno con la belga Etex -grupo mundial especialista en fabricar yeso cartón y fibrocemento, entre otros materiales-, dando vida a la firma E2E, una start up que se está enfocando en construcción para vivienda en madera. ‘Es un proyecto de innovación, que utiliza lo que nosotros llamamos productos de ingeniería en madera’, destaca Lozano, pues no se trata de tablas, sino de materiales de alta tecnología, basados en productos forestales como materia prima, que permitan reemplazar la tradicional construcción de hormigón y cemento, por las ventajas medioambientales que significa (ver recuadro) junto con ventajas para el hábitat, desde el punto de vista térmico y acústico.

Pese a su corta vida, E2E ya está entregando 400 casas, y prevé llegar a 2020 a 700, basado en la producción de su planta productiva de Maipú. Su apuesta contempla no solo casas, sino edificios. Y cerraron contratos para cinco edificios, de cuatro pisos, que se van a comenzar a construir en enero y febrero.

También en el plano local, el impulso lo están viendo de la mano de proyectos de licitaciones públicas, como, por ejemplo, un edificio de vivienda social en Rancagua, de seis pisos, que está en proceso de licitación por el Minvu. En este caso, E2E no va a la licitación directamente, pero sí apuntan a que inmobiliarias que lo hagan, adopten esta construcción para el proyecto.

Se internacionaliza y llega a acuerdo con firma en Brasil

Si bien este proyecto partió como una start up en Chile, E2E está con todo mirando otros mercados. De hecho, hace unos días llegó un acuerdo para adquirir en Brasil una porción mayoritaria de las acciones de la firma Tecverde Engenharia, una compañía oriunda de Curitiba, fundada en 2009 y que es especialista en sistemas de construcción de marcos de madera. La operación aún no se concreta, pues debe ser aprobada por la autoridad de libre competencia de Brasil, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE).

Lozano explica que Latinoamérica, Estados Unidos, Europa -en ese orden-, son los mercados que están mirando debido a que en la región ambas firmas partícipes del joint venture ya tienen presencia, y además los países están con déficit de vivienda y programas gubernamentales para hacerle frente a esta realidad. Por ejemplo, en Argentina existía un plan que apuntaba a que el 20% de sus viviendas sociales fueran construidas en madera.

Para sustentar este plan de crecimiento, Lozano detalla que lo probable es que desarrollen una ampliación de la actual planta, para fines de 2020, con una inversión de US$ 10 millones adicionales a los US$ 15 millones iniciales que les demandó el complejo. Y luego prevé una segunda instalación productiva en el sur de Chile, posiblemente en Temuco o Concepción, para 2021, por unos US$ 15 millones.

El alto ejecutivo destaca que este tipo de construcción en madera requiere de productos especializados de ingeniería -tableros estructurales, vigas, cross laminated timber (CLT)-, por lo que también consideran ampliar la fábrica que Arauco posee en Cholguán, en la Región de Ñuble, de modo de enfocarse en fabricar estos productos de alta ingeniería, contemplando para ello una inversión que les demandará unos US$ 15 millones y que la prevén para fines del próximo año. ‘Necesitamos aumentar la capacidad y aumentar la familia de estos productos para soportar tanto nuestro crecimiento como también de terceros. Transformar un mercado de la construcción tradicional a una construcción más sustentable es una tarea que escapa a una compañía o institución’, revela Lozano.

Cuenta que, junto con varias empresas y universidades, Arauco está impulsando generar cambios normativos que viabilicen nuevas normas constructivas. Si ya hay normativa para construir edificios de hasta seis pisos, buscan llegar al 2025 con normativa para edificaciones de 15 pisos. ‘Este es un tema que no depende solo de que yo tenga el producto y la solución, hay que generar un ecosistema, generar más innovación. Chile es reconocido como una potencia forestal, pero estamos tratando de que también sea reconocido en la arquitectura e ingeniería en madera (…) A nosotros nos interesa mucho que mucha más gente se meta en esto, que se genere una industria importante’, destaca. Instituto Forestal Europeo: “Se debe reconocer el papel que juegan las plantaciones en la absorción de CO2”

Marc Palahí lleva cinco años como director del Instituto Forestal Europeo (EFI), una entidad -con sede principal en la ciudad de Joensuu-, integrada por 29 países miembros europeos y entidades afiliadas de Chile, Canadá, Estados Unidos, Israel y China. La misión del EFI es ser una plataforma científico-política: generar conocimiento científico, pero también acción política y dialogar con el Parlamento y la Comisión Europea.

No es casual que el EFI esté en Finlandia, una nación en que el bosque está profundamente arraigado en la vida cotidiana de sus habitantes. En este país los bosques cubren más del 70% de la superficie (otro 10% está cubierto por lagos). Y solo el 30% de la superficie forestal está en manos públicas, porque la mayoría -el 70%- está en manos privadas, porcentaje que se desglosa además en 60% en lo que denominan el ‘family forrest’ -se estima que una de cada cuatro familias tiene propiedad forestal-, y solo 10% en manos de la industria propiamente.

En el país nórdico prima la plantación principalmente de pino (70%) y hay normas -la ley forestal- que obligan a los propietarios a reforestar en un plazo máximo de tres años si han cortado, explican en el Museo Forestal Finlandés de Lusto.

Con esa historia forestal, en el EFI la mirada es que el cambio climático empujará una transformación económica sin precedentes, en la cual la industria forestal será una piedra fundamental para transitar desde una economía fósil hacia lo que denominan la ‘bioeconomía circular’, productos biológicos que sean reutilizables o reciclables, donde la industria forestal puede proveer de innumerable cantidad de bienes que reemplacen los tradicionales basados en fósiles y plásticos.

Y no solo en la industria de la energía -quizá el tema más difundido-, sino también en los materiales que se usan, particularmente en las industrias de la construcción, textil o bioquímicos, transitando del plástico, hormigón y acero hacia otros no productores de CO2.

Datos duros: Palahí plantea que la producción mundial de acero y cemento representa el 15% de las emisiones de CO2 del mundo, lo que hace que el sector de la construcción a nivel mundial tenga un impacto ambiental casi equivalente al de la energía. Además, dice, la construcción a nivel mundial usa casi la mitad de los recursos extraídos de la tierra para obras de infraestructura: 40 mil millones de toneladas al año en hormigón, arena, acero, aluminio.

Cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico y 15 millones van a dar al océano como residuos.

‘Nuestros bosques van a jugar un papel fundamental en el siglo XXI. Cubren una tercera parte de la superficie terrestre, son el principal sumidero de carbono terrestre y son la principal fuente de biodiversidad y agua. Y por otro lado, son la principal fuente de recursos biológicos renovables, y la ciencia y la tecnología han evolucionando tanto que nos permiten transformar esos recursos biológicos en casi cualquier tipo de material capaz de reemplazar los productos tradicionales derivados del petróleo y los no renovables como cemento y acero’, asegura Palahí.