1. Inicio keyboard_arrow_right
  2. Noticias keyboard_arrow_right

Santiago, capital del reencuentro

15 de septiembre de 2022


Columna de Alfonso Gómez, Consejero Centro de Innovación UC y Director de Empresas, publicada el 15 de septiembre en El Mercurio. Comencé a escribir estas líneas en Santiago, pero no en el nuestro sino en el de Compostela, capital de Galicia. Un Santiago que sorprende por la amabilidad de su gente, acostumbrada a acoger -ya […]

Columna de Alfonso Gómez, Consejero Centro de Innovación UC y Director de Empresas, publicada el 15 de septiembre en El Mercurio.

Comencé a escribir estas líneas en Santiago, pero no en el nuestro sino en el de Compostela, capital de Galicia. Un Santiago que sorprende por la amabilidad de su gente, acostumbrada a acoger -ya por siglos- a miles de peregrinos, día tras día todos los días. Creyentes y no creyentes que llegan desde todas las latitudes tras caminar cientos de kilómetros por alguna de las rutas del Camino de Santiago.

Me aprestaba a dejar ese Santiago cuando llamó mi atención el sonido de gaitas que encabezaban una procesión de cientos de mujeres y hombres, jóvenes y no tan jóvenes, ricos y menos ricos; desfilaba la Orden de la Vieira, una cofradía que se define a sí misma más bien por lo que no es: “No somos un partido político, un grupo de presión, ni una sociedad mercantil; pero somos mucho más que eso, somos una hermandad de donantes de AFECTO y AMISTAD, sin distinción de credos ni categorías.” Personas cuya identidad se funde con la tierra gallega y sus costumbres, santiagueses a cuyo rito fraternal se suman cada año ciudadanos de distintos puntos de España, fraternizados por el mismo amor a las personas y a la cultura gallega, en un ambiente de humor y festival. Todo esto, recordemos, en un país que sufrió una de las guerras civiles más cruentas de que haya registro.

¿Por qué narrar esta historia en un espacio de Economía y Negocios?

Simple. Porque el amor por nuestra tierra y la recuperación de un sentido de identidad común en la diversidad, serán elementos ineludibles del tejido humano que nos permitirá financiar de manera sostenible los derechos sociales que, de seguro, consagraremos en el proyecto constitucional que terminaremos aprobando. Hay tanto que innovar, pero no sólo en modelos de producción, medio ambiente, políticas públicas y otros temas racionales, sino también en ritos y espacios de convivencia que nos permitan ser donantes mutuos de afecto confianza y amistad. El clamor de las nuevas generaciones, de la sociedad civil, de los más desposeídos, nos obligan a incluir en nuestras mesas de diálogo y en nuestras estrategias, ritos y acciones culturales que no podemos seguir considerando como ajenos a la economía y desvinculados de ésta.

Chile es un país de poetas. ¿Cómo no vamos a ser capaces de hacer dialogar el ocio con los negocios? ¿El trabajo serio con el humor? ¿El vínculo planetario con el local? ¿Qué cofradías necesitamos impulsar para inspirarnos, incluirnos e innovarnos de mejor manera? ¿Por qué no hacer de Santiago -sí, de nuestro Santiago, el de la Nueva Extremadura- la renovada capital de ese tan ansiado y necesario reencuentro entre todos los chilenos?

Revisa la versión impresa aquí