1. Inicio keyboard_arrow_right
  2. Noticias keyboard_arrow_right

Transformación digital: ¿A quién y qué transforma?

2 de octubre de 2020


Columna de Alfonso Gómez, Consejero del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el 02 de octubre en El Mercurio. Pertenezco a la generación a la que le correspondió introducir y promover una de las innovaciones más trascendentales en la historia de la humanidad: Eran los comienzos de la «computación», como se llamaba […]

Columna de Alfonso Gómez, Consejero del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el 02 de octubre en El Mercurio.

Pertenezco a la generación a la que le correspondió introducir y promover una de las innovaciones más trascendentales en la historia de la humanidad: Eran los comienzos de la «computación», como se llamaba entonces al proceso que hoy preferimos llamar “transformación digital.

De esos años de cruzada tecnológica surgieron cambios profundos en nuestra manera de trabajar, de entretenernos, de educarnos, de operar en el mundo. Como corresponde a toda cruzada que merezca ese nombre, operábamos con la convicción de ser portadores de una grande y buena nueva que traería consigo solo beneficios y prosperidad. Pero, a propósito de la creciente incidencia de las redes sociales en nuestra convivencia, súbitamente y de manera alarmante, la otra cara de la moneda se ha hecho notar.

Sin entrar siquiera en temas como las fake news, crece la conciencia de estar siendo objetos de manipulación por parte de los Google, los Facebook, los Twitter, los Instagram. Estamos recién comprendiendo lo que hacen las plataformas dominantes con la huella que dejan nuestras conductas y preferencias; el elemento central de sus modelos de negocios somos nosotros, las personas. Gracias a la capacidad de capturar e interpretar los mares de datos que regalamos en incontables horas frente a las pantallas, las plataformas son capaces de predecir nuestras acciones futuras y de vender ese conocimiento a otras empresas. Más preocupante aún, dejamos huellas que, con apoyo de algoritmos de inteligencia artificial cada vez más sofisticados, les permiten incidir sobre nuestras preferencias y juicios de realidad.

Por ello, toman fuerza las voces que advierten acerca de los peligros que estos espacios representan para el equilibrio psicológico de nuestros jóvenes, para la convivencia y la salud de la sociedad en general. Obviamente, las redes sociales son una importante fuente de oportunidades y beneficios, pero sería ingenuo e irresponsable ignorar las consecuencias de que el sujeto último de la transformación cultural que están implantando estos gigantes tecnológicos somos nosotros, individual y colectivamente.

Al Estado le corresponderá un mayor escrutinio y una adecuada regulación sobre las redes, pero es responsabilidad de cada uno de nosotros determinar qué hacemos y cuantas horas les dedicamos. Termino estas líneas sugiriendo un ejercicio a realizar en familia: Invito a ver el documental de Netflix «El dilema de las redes sociales” y a conversar con sus seres queridos las reflexiones y preguntas que, de seguro, les dejará la inquietante realidad que ahí se expone.

Revisa aquí la versión impresa.