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3 claves para capitalizar en I+D al interior de tu empresa

17 de noviembre de 2020


El anuncio de la alta efectividad de un prospecto de vacuna desarrollada por Pfizer inmediatamente resonó en los mercados financieros del mundo. Pero aún con la auspiciosa noticia, economías de todo el mundo continúan transformándose ante el impacto de COVID-19. Empresas se han visto obligadas a repensar su estrategia de innovación para asegurar la competitividad […]

El anuncio de la alta efectividad de un prospecto de vacuna desarrollada por Pfizer inmediatamente resonó en los mercados financieros del mundo. Pero aún con la auspiciosa noticia, economías de todo el mundo continúan transformándose ante el impacto de COVID-19. Empresas se han visto obligadas a repensar su estrategia de innovación para asegurar la competitividad en el tiempo. La clave, indica el National Centre for Universities and Business del Reino Unido (NCUB) en un estudio publicado en noviembre, llama a estimular la investigación y desarrollo (I+D) empresarial como núcleo de la reactivación económica.

Aquí recopilamos algunas de las indicaciones que puedes aplicar en tu empresa:

1. Detectar sinergias con quienes innovan

El grupo de trabajo formado por 21 empresas y universidades colaboradoras en el NCUB llegó a la conclusión que el primer paso para fomentar la I+D en la organización es identificar las oportunidades de innovación. Esto no siempre es fácil, especialmente cuando la empresa no cuenta con una unidad dedicada a ello. Por esta razón, recomiendan detectar colaborativamente las sinergias para la I+D, con otros actores del ecosistema. Esto debido a la brecha que existe entre productos y servicios comercialmente viables y la I+D de frontera para crear e implementarlos. 

Para reducir esta brecha con mayor efectividad, el NCUB sugiere la mayor exposición posible a fuentes de investigación, testeo, desarrollo y exhibición de proyectos de innovación. La “co-locación” y “co-creación” de la I+D, es propia de incubadoras, laboratorios abiertos y oficinas corporativas al interior de universidades.

2. Crear y cultivar incentivos mutuos 

En un reporte de la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido, publicado en 2015, establece que el éxito de las colaboraciones entre organizaciones radica en las personas. Relaciones robustas entre las personas del mundo privado y universitario se presentan como base para una visión compartida, impactando directamente en la capacidad de una empresa para innovar. 

La publicación recomienda crear un marco de incentivo mutuo, que promueva el intercambio de ideas entre academia e industria. Algunas vinculando los desafíos de la empresa con pasantías universitarias, como también programas de movilidad que involucren a investigadores en el negocio de la organización. 

3. Invertir en capital humano avanzado

Apple no es una compañía en la que gerentes supervisan a gerentes”, acuña la última edición de Harvard Business Review en un artículo sobre la estructura organizacional del gigante tecnológico, y cómo esta directamente influye en su capacidad para innovar. “En cambio, es una compañía en la que expertos lideran a expertos. Se asume que es más fácil enseñarle a un experto a administrar, que enseñarle a un gerente a ser un experto”, concluye.

La propuesta de Apple de generar un profundo expertise específico permite a equipos aprender y adoptar capacidades habilitantes para la innovación. Las universidades han respondido a esta demanda con programas de doctorado industrial, adaptando el currículo a las necesidades de la empresa. Este modelo permite a empresas acceder a talento altamente especializado, sin perder el foco en su negocio. 

Desde 2019, la Universidad Católica cuenta con el primer programa de este tipo a través del Doctorado en Ingeniería y Tecnología. La universidad igualmente colabora actualmente con empresas para la creación de un programa de doctorado para profesionales de disciplinas científicas, con el fin de vincular capital humano avanzado con la empresa.

Conclusión 

La literatura coincide en que la I+D empresarial es una importante herramienta para detectar oportunidades e ingresar en nuevos mercados. Contrario a lo que podría asumirse, esta práctica no es exclusiva de las grandes empresas tecnológicas, sino que puede ser igualmente aprovechada por organizaciones que colaboren con universidades.