1 de julio de 2020
Existen múltiples casos de innovación producto de la colaboración en clúster o hubs regionales. En casos como el Tech City de Londres, o los sistemas de Israel o Silicon Valley, los beneficios de la colaboración son evidentes: La unión a través de alianzas estratégicas contribuyen significativamente al desarrollo de empresas. Sin embargo, no todas cuentan con una dirección que responda a ello. Para considerar una estrategia organizacional que fomente la innovación en una organización, es importante considerar las siguientes claves de las alianzas.
Como mencionamos en un artículo previo, las culturas organizacionales innovadoras son aquellas que son ambidiestras. Se entienden como “organizaciones ambidiestras” aquellas que son capaces de explorar y explotar oportunidades. Es decir, competir en mercados establecidos por eficiencia y mejoría incremental, como también en mercados que priman por flexibilidad y experimentación.
Así, podría asumirse que alianzas enfocadas en marketing o producción contribuyen a la capacidad de explotar, mientras que las de I+D inciden en exploración. Pero como constata una encuesta de la Universidad de Tilburg, estas alianzas no tienen sólo una finalidad.
El documento recomienda formular una estrategia de alianzas para garantizar la selección adecuada de aliados. Estos pueden serlo por sinergias en servicios, estilo de liderazgo, capacidades o tecnologías complementarias.
No es poco común que la implementación de sistemas o tecnologías en organizaciones se vea ralentizado por factores sistémicos. En el caso de Big Data, el cuello de botella de adquirir y finalmente capitalizar en datos no depende únicamente de una sola organización.
En ese contexto, la experiencia en los clúster de China ofrecen una valiosa perspectiva sobre cómo apalancar alianzas estratégicas para el desarrollo de una industria a nivel regional. Este sector registró en 2018 un crecimiento de 37,2%, según un informe de la Universidad de Jianghan, debido a modelos de alianzas cooperativas con institutos de educación superior.
Uno de los aprendizajes de este modelo organizacional, en el que empresas se relacionan con “instituciones auxiliares” para gestionar sus procesos de innovación, es el llamado “excedente de conocimiento”. Este concepto alude al aprendizaje compartido que ocurre en innovación tecnológica entre miembros de la alianza.
Además, la vinculación en alianzas fortalecen la habilidad y eficiencia de los procesos de innovación, como también la inteligencia de mercado de una organización. Así lo revela un estudio de la Universidad de Liaoning, China. El vínculo con centros de investigación y universidades, indica el paper, permite a empresas modernizar estructuralmente un sector o mercado por completo.
La Universidad de Buenos Aires presenta una interesante propuesta al respecto, por medio del Magister de Sistemas Incrustados, que permite a sus alumnos seleccionar propuestas de empresas como proyectos de titulación. Según un reciente informe publicado en el IEEE International Conference on Industrial Technology (ICIT), la metodología resultó beneficiosa para las empresas asociadas a la casa de estudio para captar talento altamente especializado.
La literatura en materia de alianzas estratégicas coincide en su impacto favorable en los procesos productivos de las organizaciones. Desde la figura de «instituciones auxiliares», hasta socios para explorar nuevas oportunidades de negocio, el objetivo de una organización debiera ser vínculos que faciliten el intercambio «win-win«. Para ello, el estudio holandés presentado anteriormente recomienda formular una estrategia de alianzas que sea afín a las necesidades de la organización.