6 de enero de 2017
“Chile destina más de US $40 mil millones anuales a las políticas sociales y no existe información adecuada sobre el impacto y los costos de estas políticas” contextualizó David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, en la apertura del seminario de Chile Inclusivo -iniciativa de la Universidad que busca fomentar la inclusión social en el país- realizado el jueves 15 de diciembre en el auditorio principal del Centro de Innovación UC.
La actividad reunió en un panel abierto al Presidente Ejecutivo del Centro, Alfonso Gómez; al Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Eduardo Valenzuela; al Director Nacional de JUNAEB, Cristóbal Acevedo; y al ex Presidente del Hogar de Cristo, José Miguel Musalem, con el objeto de discutir el desafío de combatir «la pobreza multidimensional» que merma el desarrollo del país. Cifras de la la última encuesta Casen (2015) revelaron que este grado de pobreza, entendida como carencias que sufren los hogares en dimensiones como educación, salud, trabajo, seguridad social y vivienda, asciende a un preocupante 20,9%. Abriendo la discusión con este diagnóstico que le plantea a Chile Inclusivo el desafío de generar un nuevo modelo de «colaboración tripartita» entre el sector académico, público y privado, para pilotear y escalar intervenciones eficientes para reducir la desigualdad.
Una de las instituciones públicas que ya está trabajando bajo el alero de Chile Inclusivo es JUNAEB. Su director Cristóbal Acevedo integró el panel de conversación del seminario y contó su experiencia. “JUNAEB está encaminada en un proceso de modernización institucional y este proceso tiene mucho que ver con Chile Inclusivo ya que implica una mejor gestión y un mejor uso de los recursos públicos, lo que significa medir las políticas públicas y medir su impacto”, explicó.
En concreto, Chile Inclusivo está trabajando en la evaluación del Programa Contrapeso que busca combatir la obesidad y el sobrepeso a nivel estudiantil. “Levantamos 50 iniciativas y lo que vimos con Chile Inclusivo es cómo medir ese impacto en el camino de manera de reenfocar en la medida que se van implementando las medidas”, explicó Acevedo. Abarcando una población de más de 2 millones de estudiantes en 12 mil establecimientos de todo el país, el Director afirmó que la JUNAEB aporta con un capital local considerable para otorgarle a la iniciativa un foco regional.
“Nos definimos como el soporte estratégico de la educación chilena. Y en eso el desafío de la JUNAEB y Chile Inclusivo es fundamental, ya que también necesitamos incluir a quienes se encuentren al margen de esta población, como personas que abandonan el sistema escolar, o personas con capacidades diferentes”, explicó.
Desde el punto de vista académico, Eduardo Valenzuela, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales destacó el aporte de la iniciativa en este ámbito: “Yo creo que Chile Inclusivo ofrece la posibilidad de generar liderazgo académico en materia de política pública. El aporte de la academia consiste en la capacidad de organizar y sistematizar experiencias relevantes en áreas específicas. Esta es una capacidad de la que el Estado carece por completo y en la que la Universidad tiene gran expertise. Por lo demás, gran parte de los problemas de las políticas sociales se generan por defectos de diseño y organización lógica. En ese aspecto, la academia tiene amplio conocimiento para el diseño de políticas sociales», dijo.
Otro aspecto destacado por el Decano se centra en la capacidad de evaluar el impacto de políticas públicas a modo de conocer su trascendencia en la sociedad. “Hoy en día no sólo tenemos instancias de evaluación pública reducidas, sino que además tienden a ser de un estándar bajo que no permite concluir de manera categórica el impacto de las acciones del Estado. En esto, el rol de la Universidad es elemental”, concluyó.
En el modelo de colaboración de Chile Inclusivo, el rol del sector privado es asume un rol elemental en el financiamiento de la iniciativa. Se constituirá un fondo en base a donaciones, la bísuel cual actualmente está siendo liderado por el empresario y ex presidente del Hogar de Cristo, José Miguel Musalem.
Junto con aclarar que no es una tarea fácil, Musalem dijo que hay ciertas cosas que sensibilizan más a los empresarios. “Todo lo maravilloso del proyecto, sin inversión no existe. Hay un argumento que en los empresarios se ha ido permeando, y es que los recursos que dona se usen eficiente y eficazmente. Esta iniciativa apunta a decir que la rentabilidad de cada peso, será inmensa”.
En este aspecto, Alfonso Gómez, Presidente Ejecutivo del Centro de Innovación destacó el potencial transformador de la asociatividad interdisciplinaria, al generar valor para la sociedad más allá del aporte individual de cada institución. Según el ejecutivo, la oportunidad de vincular grandes compañías con esta inciativa es una apuesta inédita, por lo que espera «que de aquí en adelante ofrezcamos a nuestros socios la oportunidad de dar y contribuir a un proyecto tan clave para el futuro de la convivencia y de la conversación en este país”.
Revisa los mejores momentos del panel de Chile Inclusivo en nuestra galería aquí: