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Columna de Conrad von Igel: «Capital humano avanzado al servicio del desarrollo del país: Un desafío compartido»

24 de julio de 2017


La publicación original fue el miércoles 19 de julio de 2017 en la Edición Especial de Doctores de El Mercurio.

El reciente ranking de la Universidad de Cornell de los países más innovadores del mundo nos dejó a varios con un resultado agridulce. Efectivamente Chile figura como el país más innovador de la región, pero retrocedimos al puesto 46 entre 127 economías del mundo. Si analizamos estas cifras en detalle, nos encontramos con que Capital Humano e Investigación, a pesar de registrar mejoras, persiste como el pilar peor evaluado (61) del país.

En ciertas áreas, los indicios de estos síntomas se trazan a la sofisticación de nuestra economía, particularmente a la generación de vínculos colaborativos para la innovación. En el trabajo universidad-empresa, Chile figura por debajo de otras economías latinoamericanas como Colombia y México, o bien líderes mundiales como Estados Unidos o Israel. Afrontar esta inconexión de manera mancomunada es, sin duda, uno de nuestras oportunidades más criticas para garantizar la competitividad sostenible del país.

Asociatividad para la competitividad

A primera vista, la ecuación es simple. Para que una empresa incorpore la innovación
-particularmente la basada en ciencia y tecnología- en su modelo de negocio, requiere de profesionales con conocimiento formal en investigación para satisfacer estas necesidades.

De acuerdo a la «Evaluación de Instrumentos de Inserción de Investigadores en la Industria» del Ministerio de Economía publicado el año pasado, una mayoría de los proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) encuestados incidieron directamente en la sofisticación de la empresa. Un 85% de las firmas que hacen uso del instrumento Conicyt PAI para insertar profesionales con grado de Doctor, incorporaron por medio de la vinculación conocimientos especializados relevantes para su negocio. Más importante aun, más de un tercio declararon que el proyecto aportó a la creación de una nueva línea de negocio o I+D.

El Journal of Higher Education aludió a esta capacidad transformadora de capital humano avanzado en 2016, abordando la relación industria-academia en el caso de Corea del Sur, economía que con 4,29% de su PIB es el país del mundo que más invierte en I+D. Y es que dicha relación en el Estado asiático es más bien reciente: en la última década el gobierno formalizó la entrega de incentivos para la colaboración universidad-empresa mediante un sistema educacional basado en contratos, con el fin de reflejar las necesidades del sector industrial directamente en el currículo académico. La economía coreana da cuenta de la axiomática relevancia que tiene la formación de capital humano avanzado en armonía con las demandas de la industria.

Co-creando nuevos investigadores para Chile

Cifras del Ministerio de Economía acerca de la inserción de doctores revelan que el 94% de los investigadores con PhD en Chile se encuentran empleados, pero que sólo un 3,7% trabaja para el sector empresarial. Por lo demás, el escuálido 0,39% del PIB nacional invertido en I+D -con sólo un tercio proveniente de empresas- difícilmente le permite al sector productivo invertir en capital humano avanzado. Por lo tanto, necesitamos estimular la aún incipiente demanda de la industria, sin dejar de lado la formación de investigadores en las universidades.

Es por eso que el Centro de Innovación UC afronta este desafío del trabajo conjunto universidad-empresa de manera ampliada. Junto al desarrollo de capacidades de innovación de nuestras 106 empresas socias, el Centro estimula el mercado articulando contratos de I+D con las capacidades de investigación de la Universidad, de acuerdo a las necesidades de la industria. 21 proyectos ya han sido firmados por un total de $2.160 millones y en lo que va del año se han presentado otras 18 propuestas de I+D a empresas.

Un ejemplo de este esfuerzo es el programa de capital humano avanzado co-ejecutado con nuestro socio Cargill. Hemos desarrollado un programa piloto para la transición de doctores a la industria, el cual considera la realización de proyectos de investigación de 6 meses. A través del programa, investigadores UC trabajan a tiempo completo en un proyecto de la empresa con un tutor de la misma, acompañado por académicos UC para asegurar la máxima calidad del proyecto.

Desde la academia, estamos ejecutando un plan de trabajo con todas las unidades de la UC para abordar la formación de investigadores para el sector productivo. Para ello, trabajamos conjuntamente con la Facultad de Ingeniería y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad, en la creación del primer programa de Doctorado con la Industria en la UC. Estamos a punto de someter a evaluación el proyecto de creación del programa al Colegio de Programas Doctorales de la Universidad, asegurando que forme profesionales con capacidades y conocimientos directamente transferibles a la empresa.

En los programas existentes, los estudiantes de postgrado nos expresan su interés de relacionarse con el entorno y, al igual que ellos, creemos en el conocimiento y la innovación como medios para contribuir al desarrollo de Chile.

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