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Columna de Conrad von Igel “Para impactar: innovación abierta e interdisciplinaria»

5 de mayo de 2017


La publicación original fue el viernes 5 de mayo de 2017 en Economía y Negocios, El Mercurio.

Las nuevas tecnologías de la información y comunicación, así como el cambio climático, el envejecimiento de la población y otros fenómenos, están impactando profundamente en el mundo productivo. A su vez, consumidores, colaboradores, proveedores y la sociedad en su conjunto, exigen una relación empresa-entorno distinta, donde todas las áreas de una compañía y sus socios estratégicos se ven profundamente afectados y deben contribuir permanentemente a promover nuevas formas de hacer las cosas. No adaptarse a tiempo podría poner en jaque algunos puntos de productividad e, incluso, la existencia completa de la organización.

Lejos ha quedado la visión que la innovación sólo proviene de ingenieros enfocados en la tecnología dura, y prácticas como el diseño, asuntos corporativos y sostenibilidad, han ido cobrando especial relevancia en la construcción de la empresa que hoy exige la sociedad y el mercado. Evidencia de ello es que compañías tan reconocidas por su nivel de innovación como por su desempeño financiero, tales como Google, General Electric y Procter & Gamble, trabajan con equipos que no sólo incluyen ingenieros, sino también sociólogos, diseñadores e incluso filósofos. De hecho, tal como narra un artículo publicado recientemente por el World Economic Forum, los profesionales de esta área están siendo cada vez más demandados por startups de Silicon Valley e incluso están desarrollando sus propios emprendimientos, lo que ha llevado a la Universidad de Stanford a crear un programa llamado “Symbolic Systems”, que se centra en la relevancia de la filosofía en ámbitos típicamente tecnológicos.

Hoy la innovación proviene desde todas las disciplinas y ayuda a las compañías a resolver de mejor manera distintos tipos de problemáticas, bien sean tecnológicas, de producto, de relacionamiento, regulatorias u otras. Ejemplo de ello puede ser crear mejores mecanismos para gestionar talento y motivar a equipos de trabajo; generar una nueva forma de relacionarnos para desarrollar de manera más rápida y eficiente mega-proyectos; diseñar espacios que nos ayuden a aumentar la productividad de nuestros colaboradores o mejorar nuestras ventas; migrar con nuestra empresa hacia la transformación digital a través de nuevas tendencias como inteligencia artificial, Internet de las Cosas y Big Data, o generar asociatividad precompetitiva para avanzar en la construcción y adaptación de normativas que nos ayuden a ampliar nuestro negocio y el mercado, tal como lo hacen las empresas que hoy son parte del Centro UC de Innovación en Madera, buscando impulsar la construcción en altura con este material.

Siendo parte de una entidad tan compleja como la Universidad Católica, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini promueve la innovación abierta involucrando distintas disciplinas del conocimiento. Con profesionales de múltiples áreas, y el respaldo de investigadores y académicos que forman parte de las 18 facultades, 32 escuelas e institutos y 39 centros UC, podemos ofrecer a empresas de Chile y la región soluciones integrales e innovadoras a sus desafíos, considerando dimensiones económicas y tecnológicas, así como también sociales y medioambientales.

Esto lo hacemos a través de distintas instancias de colaboración y generación de confianza, en las que participan ejecutivos de nuestra red de más de 100 empresas socias, emprendedores, académicos, investigadores y estudiantes. Ejemplo de ello son las decenas de talleres, meetups y seminarios que realizamos cada año junto a expertos nacionales e internacionales de los más diversos rubros; la promoción del trabajo asociativo en temáticas de innovación a través de comités; la incorporación de talento UC en los procesos productivos de las empresas mediante nuestros programas de inserción de PhD en la industria y el trabajo con alumnos UC del Programa SINLÍMITES, quienes durante cuatro meses resuelven desafíos de innovación de las empresas. Asimismo, a través de nuestra Unidad de I+D con la Empresa, trabajamos con las distintas unidades de la Universidad Católica para complementar capacidades que el sector privado no tiene. De este modo, desarrollamos proyectos de innovación interdisciplinarios de acuerdo a las necesidades particulares de cada compañía, los orientamos para levantar fondos públicos y acceder a beneficios como la Ley de Incentivo Tributario I+D, y los acompañamos en todo momento, garantizando su buen desarrollo y el cumplimiento de plazos.

Es así que trabajamos muy de la mano de Facultades como Ingeniería, Química, Sociología y Agronomía e Ingeniería Forestal, así como también con unidades como el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, capaz de comparar distintos escenarios económicos y sociales del país a lo largo del tiempo; la Escuela de Diseño UC, que es experta en el diseño de servicios y la experiencia de usuario; la Dirección de Estudios Sociales UC, que a través de la investigación y generación de indicadores ayuda a las organizaciones a comprenderse mejor a sí mismas y a su entorno; la Escuela de Psicología UC, que se ha volcado con fuerza a temas de cambio cultural al interior de las empresas, y el Centro UC de Política Públicas, que desarrolla contenido para fortalecer, diseñar y aportar a las políticas públicas del país.

La innovación en Chile debe empezar a ser percibida como algo accesible para todas las empresas, y dejar de verse como algo disponible sólo para grandes organizaciones con voluminosos recursos. Debemos dejar de lado la explicación simplista de la falta de tiempo, recursos o capacidades, pues, si bien la innovación requerirá todos estos factores, hoy es necesario innovar para subsistir. Por otro lado, en la innovación abierta, interdisciplinaria y colaborativa encontramos una oportunidad para reducir costos, aumentar el potencial de impacto y la eficiencia de las mismas.

Para generar el cambio, las empresas pueden partir con proyectos pequeños de 6 o 12 meses con presupuesto acotado e ir tanteando terreno. No es necesario hacer inmediatamente grandes contrataciones, megaproyectos tecnológicos o adentrarse sin ayuda a territorios desconocidos, pues al igual que la Universidad Católica, hoy en Chile existen diferentes actores que están apoyando de manera abierta a las empresas a abordar sus desafíos de manera innovadora e interdisciplinaria, con conocimientos y capacidades que complementan las que ya tienen internamente. Justamente de eso se trata, de trabajar en conjunto de manera integradora y desde la expertise de cada uno, avanzando hacia el desarrollo de nuestra sociedad y construyendo futuro entre todos.

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