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¿Conoces la economía regenerativa? Es el desarrollo que prioriza el planeta

18 de julio de 2023


Columna de Ramón Molina, Director Ejecutivo del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el 03 de julio del 2023 en Revista Forbes. El marco conceptual de una economía regenerativa, desarrollado por el Leonardo Centre on Business for Society del Imperial College, comprende un eje social y otro relativo al ambiente, donde las […]

Columna de Ramón Molina, Director Ejecutivo del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el 03 de julio del 2023 en Revista Forbes.

El marco conceptual de una economía regenerativa, desarrollado por el Leonardo Centre on Business for Society del Imperial College, comprende un eje social y otro relativo al ambiente, donde las variables van de destrucción a regeneración. Ramón Molina aborda la evolución de este concepto y las implicancias que conlleva abrazarlo.

Así como los países se mueven o debiesen moverse desde la economía de la extracción a la economía de las ideas, transitando por etapas intermedias como la fabricación, la ingeniería y el diseño, las personas evolucionan por etapas de consciencia. Esto significa que se mueven desde la inconsciencia total (no saben que no saben) para luego darse cuenta qué es lo que no saben y ser conscientes de ello —y, en niveles más avanzados de consciencia, saber qué saben y así usarlo cuando es requerido, para finalmente llegar a niveles automáticos de consciencia; es decir, no saber que saben—. Unos verdaderos maestros.

Sin embargo, hay una capa intermedia entre las personas y los países, y esto es una tecnología de organización, muy familiar a nosotros, que en su conjunto denominamos “empresas”. Es una asociación de personas con algún propósito y, como toda tecnología, inevitablemente ha evolucionado y lo seguirá haciendo.

El marco conceptual de una economía regenerativa, desarrollado por el Leonardo Centre on Business for Society del Imperial College, comprende un eje social y otro relativo al ambiente, donde las variables van de destrucción a regeneración. El viaje de las empresas modernas comenzó entre los 70 y los 90, intentando reducir el daño social y ambiental, con enfoque en crear valor para los accionistas (shareholder value). Luego, a mediados de los 90 y la primera década de los 2000, continuó dando un paso hacia el futuro y transitando hacia el capitalismo sustentable, mirada que permitió moverse casi al centro de la intersección de los ejes y casi entrar en el cuadrante regeneración.

Así, desde 2010 hasta hoy, este concepto se enfrenta tardíamente con la existencia de múltiples audiencias como las comunidades, empleados, proveedores, socios, sistema financiero y clientes, entre otros, y se propone crear valor para cada uno de estos grupos, lo que permitió debutar de lleno en el cuadrante de la regeneración, con un concepto llamado stakeholder value (valor para las audiencias). Y así, por fin empezar a entender que el objetivo común para esta tecnología llamada “empresa” se encuentra en la regeneración total de lo social y lo medioambiental.

Es así como el valor que aporta esta nueva economía regenerativa, teniendo en cuenta la huella medioambiental, el progreso, la inclusión y el bienestar social, es un desarrollo sostenido donde el planeta se pone en el centro, no solo el ser humano. En este camino, donde se alinean los fondos locales e internacionales a proyectos regenerativos, se abren posibilidades insospechadas desde minería interplanetaria, nuevas formas de obtención de agua, desarrollo de nuevas energías y muchas otras nuevas maneras de concebir el mundo y, en consecuencia, preservar y desarrollar la especie humana.

Este cambio de conciencia multinivel es urgente en nuestra sociedad, y ya estamos atrasados para los nuevos enfoques en la resolución de problemas, como la enorme y creciente diferencia de ingresos entre países y personas, el cambio climático y la escasez de recursos naturales. Una transición social hacia la sostenibilidad en equilibrio a diferentes niveles.

Humanos conscientes, empresas con foco holístico y países basados en la economía de las ideas. Suena lindo; se puede, es un camino muy largo y con dificultades, pero hay que empezar con saber dónde estamos y trabajar en conjunto. Esta re-concepción de estilos de vida completos implicará reinventar las infraestructuras, incluidos la energía, los recursos, la economía, la alimentación y la educación, así como trazar objetivos de corto y largo plazo, pero con verdadero sentido de urgencia para ir avanzando hacia una economía regenerativa que permita diseñar el futuro que garantice una mejora sustancial al ecosistema.

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