30 de mayo de 2025
En el caso del desarrollo productivo de Chile, la división regional no es lo importante, la clave son los territorios y su potencial de transformar ventajas comparativas en ventajas competitivas.
Tal como plantea Michel Houellebecq en su fantástico libro casi homónimo “El Mapa y el Territorio”, que hace referencia a que el mapa es nuestra percepción de la realidad y el territorio es la realidad misma, en nuestro país estamos cerca de confundir ambos conceptos, con el peligro de reducir nuestro entendimiento del territorio y de hipotecar su desarrollo potencial. Por lo tanto, algunas consideraciones breves para no caer en la tentación de solo mirar mapas.
Primero, en el caso del desarrollo productivo de Chile, la división regional no es lo importante, la clave son los territorios y su potencial de transformar ventajas comparativas en ventajas competitivas. Hay casos evidentes, como el nulo desarrollo de mediana minería en Atacama, pues la industria minera chilena simplemente se salta el paso de mediana empresa para que en el extremo solo coexistan pirquineros y gran minería.
Segundo, el territorio es una plataforma donde deben participar todos los actores del sector público, sector privado, academia y sociedad civil. En el mismo caso anterior, de minería en el norte, los esfuerzos deben centrarse en reunir a los actores en una mesa, acordar un propósito común, diseñar una gobernanza entre todos, conseguir recursos y convocar a nodos sofisticados para desarrollar la industria.
Tercero, el propósito de la colaboración es sacar adelante industrias en las que el territorio tiene ventajas, pero carece de capacidades, tales como capital humano avanzado, infraestructura crítica, acceso a tecnología y centros de conocimiento. La clave es entender el problema, comprender la cultura de la existente industria local, diseñar una estrategia y armar una estructura con capacidades para empezar a contar con casos de éxito, que puedan inspirar a otros
Por último, desde el Centro de Innovación UC creemos firmemente que iniciativas como la creación de Centros de Competitividad Territorial, a lo largo de Chile, permitirá colaborar con las instituciones y universidades locales, transferir capacidades, compartir buenas prácticas y orquestar a los actores relevantes, de modo de lograr avances que desde Santiago es técnicamente imposible. El salto de Chile al desarrollo depende de todo Chile, y especialmente, de los territorios donde se encuentra diversidad de gente, múltiples talentos, conocimiento local y, por supuesto, la riqueza de la tierra.
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