14 de noviembre de 2024
Columna de Ramón Molina, Director Ejecutivo del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini. La publicación original aparece en la edición de Octubre- Noviembre de 2024 de la Revista Forbes.
En repetidas ocasiones, a lo largo de nuestra vida, tenemos que tomar decisiones y esa elección deja fuera otras opciones. Al parecer, es inherente al ser humano procrastinar la decisión de elegir. En el mundo empresarial, elegir se llama estrategia. Y es útil porque enfoca, permite mayor eficiencia y eficacia, mejorando la explotación. Además, libera recursos y tiempo para explorar y desarrollar futuros posibles. A nivel país, es clave hacer las apuestas en sectores industriales que impulsen nuestro desarrollo, con un marco claro, para abordar sistemáticamente la toma de decisiones estratégicas.
Entender el fenómeno en su contexto más ecosistémico, identificando señales que están impactando en el mundo (envejecimiento, nuevas áreas de influencia económica, descarbonización radical, movimientos sociales). Diferenciar las señales de las tendencias y de los claros desarrollos que impactarán todas las industrias (inteligencia artificial, biotecnología y cambio climático).
Y dimensionar el impacto que estas señales, tendencias y desarrollos tienen en nuestro ecosistema, pues hasta las industrias que parecen inmunes o autárquicas serán afectadas. Es clave ponderar este impacto (positivo o negativo) y luego desarrollar un plan para abordarlo y lograr el mayor beneficio posible.
América Latina se encuentra en un acelerado viaje de transformación en distintos frentes. Ante una recesión económica y elecciones políticas controvertidas, el principal desafío es combinar productividad/crecimiento, al mismo tiempo que se construye un estado de bienestar, una sociedad inclusiva y se avanza hacia energías limpias.
En este contexto, existe una oportunidad única para acelerar la transformación verde y sostenible, aprovechando las fortalezas de cada país y centrándose en sus sectores estratégicos.
Desde el Centro de Innovación UC estamos convencidos de que las posibilidades en Chile se presentan en tres ámbitos: energía, minería y smart agro.
En energía hay grandes oportunidades en hidrógeno verde. Geopolíticamente, el mundo logra una alternativa energética y desarrollos dominantes en electromovilidad. Es necesaria la descarbonización de las matrices industriales y es un vector energético donde Chile puede competir como clúster. Mas de US$ 330 billones es la inversión necesaria para lograr este desafío.
En minería, aparte de explotar cobre, molibdeno y litio, materias primas de la electromovilidad, tenemos la oportunidad de contribuir al desarrollo de la minería verde. Se esperan más de 100 proyectos de diversos ámbitos, con desafíos importantes como descontaminar relaves, integrar pilotos a la operación minera, uso de nueva energía descontaminante en camiones y procesos, con un monto de inversión de cerca de US$ 100 billones.
En smart agro, el cambio climático impacta con mucha fuerza. Se ha declarado emergencia agrícola, tras 14 años consecutivos de sequía generando pobreza y migración. Mantenerse como potencia alimentaria requiere intervenciones para desarrollo agrícola, centrado en el almacenamiento de agua, incentivos para transformar cultivos, tecnología y regulación, estimando un monto cercano a US$ 150 billones en inversión.
Estas transformaciones requieren financiación a largo plazo, entendiendo el rol del territorio como plataforma central de conexión con las comunidades y el medio ambiente, donde es clave la infraestructura crítica compartida, el desarrollo de capital humano y de las adaptaciones tecnológicas a nuestra realidad.
Pero lo más relevante es creer en el poder de elegir. Elegir trabajar como ecosistema para lograr avanzar hacia un pleno desarrollo como país.
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