16 de mayo de 2018
Según la más reciente publicación del Innobarómetro, encuesta de innovación de la Unión Europea, a lo menos 6 de 10 empresas utilizan o han implementado el diseño en algún nivel -desde una aplicación de estilo a estratégica-. El mismo estudio indica que sólo un 31% de las compañías reconocen que el diseño es un elemento integral o central en la estrategia de la compañía.
La data de este informe arroja además que, en general, las compañías que más incorporan el diseño, en algún nivel, tienen más probabilidades de haber innovado en bienes, servicios, procesos, estrategias de marketing o hasta estructuras organizacionales.
A su vez, el Banco Interamericano de Desarrollo coincide con este análisis en un informe publicado en 2017, soteniendo que las actividades de diseño implementadas en organizaciones se asocian a mejoras significativas en cuanto al aumento de la productividad, innovación y ventas. Para complementar, el Design Council del Reino Unido agrega a este análisis que los trabajadores que cuentan con un elemento de diseño entre sus labores son 41% más productivos que el promedio.
Por esta razón, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, junto con el Magíster en Diseño Avanzado UC (MADA) organizaron un encuentro entre el mundo privado, público y la academia para indagar y analizar el panorama nacional en esta materia.
El diagnóstico en Chile da cuenta de una adopción más bien incipiente. Felipe Mujica, Gerente del Programa Economía Creativa -Programa Estratégico de Economía Creativa de Corfo- explicó que la mayoría de las empresas nacionales todavía encasillan el diseño en un rol netamente estético. «El diseño debiera comprenderse como insumo para el resto de la economía, una fuente de valor agregado, productividad e innovación. Así como la ingeniería ha sido el lenguaje apropiado para la industrialización, el diseño se ha convertido en una de las claves para transitar hacia una economía cada vez más cargada al sector terciario, de servicios, bienes inmateriales y experiencias, a tejidos productivos y relaciones con usuarios más sofisticadas», declaró.
Así, la mayoría de las empresas nacionales aún se encontrarían en los primeros «peldaños» de implementación, entendiendo el diseño como estilo. Así, explicó Mujica, el desafío radica en crear «un relato que permita a los diseñadores explicarse con propiedad respecto de las muchísimas derivadas que la disciplina tiene para ofrecer a la industria».
«La idea es contar con todos los actores relevantes para realizar un aprendizaje conjunto: enseñar a ofrecer y contratar diseño, administrar expectativas, aprender a medir resultados e impacto, y en definitiva unificar lenguaje para acercar la disciplina del diseño y la industria», concluyó.
Se sumó a este diagnóstico el Director de Políticas Públicas de Sofofa, Rafael Palacios, quien durante el encuentro enfatizó en el rol prioritario que debe asumir el diseño en la propuesta de valor de empresas. Según Palacios, hoy el diseño se sirve de técnicas y métodos cualitativos para ser aplicados para mejor comprender la interacción entre tecnología y usuario.
«En un mundo en que tecnologías disruptivas tales como la impresión 3D y la inteligencia artificial sin duda tendrán efectos radicales en la humanidad como hoy la conocemos, la visión del diseño inteligente contribuirá a trazar un norte en la reconfiguración de la relación con nuestras propias creaciones. El proyecto Puente Diseño-Empresa, liderado por el MADA, financiado por CORFO y apoyado por Chilecreativo constituye un excelente esfuerzo en este sentido evolutivo. Buscando poner en vitrina el diseño como creador de valor productivo en la industria, podría llegar a expandir la matriz exportadora chilena por intermedio de la construcción de una economía creativa, innovadora y dinámica. El método de este proyecto, en apariencia sencillo, es muy poderoso, pues genera las herramientas para aproximar el mundo del diseño a la industria, creando un diccionario común para desencadenar la energía potencial de esta industrial en el mercado chileno”, enfatizó.
En respuesta a este desafío, la Directora del Magíster de Diseño Avanzado UC, Katherine Mollenhauer, lidera el proyecto Puente Diseño-Empresa, una herramienta que permitirá medir el grado de incorporación del diseño así como el impacto del uso de éste en las empresas. Para abordar el desafío en su totalidad, el Puente Diseño-Empresa colabora con distintos actores que componen la oferta (Chile Diseño y el Colegio de Diseñadores); la demanda (Sofofa y la División de Empresas de Menor Tamaño del Ministerio de Economía); el sector de formación (institutos profesionales y universidades públicas y privadas) y sector público (Ministerio de Cultura), entre otros.
El Puente Diseño-Empresa tiene tres componentes:
La diseñadora enfatizó en la gran oportunidad que significa este proyecto para la industria e insistió que pertenece a todos quienes forman parte del ecosistema. «Todos colaboramos en la definición de criterios comunes, que contribuyan a disminuir la incertidumbre que pueden sentir empresas al contratar servicios de diseño. Y es que muchas empresas aun desconocen cuánto puede aportar la incorporación del diseño, y las que sí lo conocen no necesariamente saben qué tipo de servicio contratar. El objetivo de este proyecto es aportar, desde el diseño, a la competitividad de las empresas chilenas y para ello debemos construir el puente que nos conecte”, concluyó.
Visita la galería de fotos del seminario “Diseño estratégico: Cómo el diseño crea valor en las industrias” aquí: