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Experto de McKinsey señala que la mayoría de las compañías deberán reinventar su negocio dramáticamente dada la transformación digital

8 de agosto de 2017


El Senior Partner de McKinsey & Company, Michael Bender, además señaló que de acuerdo a un estudio realizado por la consultora, los salarios de la labor automatizable hoy equivaldría a US$15 billones, y ciertas industrias -como la financiera- podrían automatizar hasta un 70% de sus procesos.

La tecnología avanza a paso acelerado impactando no sólo la vida de las personas, sino también a gobiernos y empresas. Es así que megatendencias digitales como el mobility, la robótica e inteligencia artificial nos impactarán no sólo en nuestras actividades del día a día, sino también en el ámbito laboral. Así lo señaló Michael Bender, Socio Senior de McKinsey & Co., explicando que lo digital significa transformar radicalmente industrias, compañías y sociedades a través de tecnología y datos. «Para un banco o una compañía de telecomunicaciones, esto hoy significa adecuar sus procesos, pero la mayoría de las empresas deberán reinventar su negocio dramáticamente», apuntó.

Según cifras de McKinsey, en los últimos dos años se han recolectado más datos que en el resto de la historia humana, algo que va de la mano con el desarrollo de la Nube y el Internet de las Cosas. En cuanto a lo primero, McKinsey constata que, al 2020, un tercio de toda la data estará almacenada en el Cloud, mientras que este año ya tendremos más de 4,9 mil millones de dispositivos interconectados. A esto se suma el avance de la Inteligencia Artificial, que hacia 2030 podría alcanzar la capacidad de procesamiento del cerebro humano.

De acuerdo a un estudio realizado por la consultora, que consideró el análisis de 18 capacidades en más de 800 trabajos, los salarios de la labor automatizable hoy equivaldría a US$15 billones, y ciertas industrias -como la financiera- podrían automatizar hasta un 70% de sus procesos. A modo de ejemplo, empresas como General Electric, que hoy despachan motores para trenes y aviones con sensores, han sabido implementar capacidades digitales para asegurar la subsistencia de su negocio. Además, sectores como la industria minera ya registran una reducción de costos de producción de hasta 15%, mediante el uso de vehículos autónomos con equipos de mantenimiento predictivo.

Por otro lado, en 2014 la naviera Maersk inauguró el primer terminal de containers completamente automatizado en Rotterdam, operado por robots y vehículos automáticos moviendo la carga. El resultado del proyecto es un terminal 80% más productivo y una reducción de labor marítimoportuario considerable. En cuanto al sector público, el experto señaló que gobiernos ya pueden implementar plataformas y portales de pago, procesos transaccionales automatizados, sistemas de salud electrónica, sensores para el diseño del sistema de transportes o equipos de análisis predictivos para prevenir casos de fraude fiscal.

Caso de estudio: modelos de reconversión

En vez de la imposición de impuestos a la labor robótica, McKinsey propone que, en un mundo digital, el desafío para el trabajo radique en la capacidad de empresas y gobiernos de re-entrenar y re-introducir trabajadores de manera más asociativa. Por ejemplo, la Agencia Nacional del Trabajo alemana está respondiendo a la obsolescencia acelerada de habilidades a través de un sistema de asesoría laboral permanente, para facilitar la reinserción y prevenir el desempleo.

«Junto a un robusto sistema sindical, herramientas de exploración y de ofertas online, con alcance de hasta 40 millones de personas, el sistema alemán le permite a personas determinar el estado de sus capacidades en función a la demanda de la industria. De esta manera, el trabajador es dirijido a lugares de capacitación y obtiene oportunidades de prácticas y maestrías. Para esto necesitamos un enfoque de largo plazo y la asociación con partners privados y académicos», concluyó.