14 de diciembre de 2023
Columna de Pedro Bouchon, Vicerrector de Investigación UC. La publicación original fue publicada el 14 de diciembre de 2023 en El Mercurio, Cuerpo B.
La industria alimentaria, que representa el 22% de las exportaciones totales de Chile y abarca 178 países, superando los 21.000 millones de dólares exportados, es parte integral del patrimonio que la Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria busca proteger, fomentar y desarrollar.
Por esto, es esencial impulsar el desarrollo sostenible de la industria alimentaria chilena, promoviendo una oferta de productos y servicios diversificada, sofisticada y competitiva. En este contexto, es imperativo satisfacer las demandas de consumidores informados, quienes buscan alimentos de consumo rápido, debido a la escasez de tiempo, y también, más saludables. Esto requiere envases informativos respaldados por evidencia científica que brinden una experiencia sensorial placentera, pues incluso los consumidores más conscientes del impacto de la alimentación en la salud no están dispuestos a renunciar al placer en el consumo. Este enfoque demanda un trabajo interdisciplinario sustantivo, con un claro foco en el consumidor, definiendo la cadena de producción y todos sus eslabones desde el campo hasta el tenedor.
La agricultura debe ser eficiente en el uso de los recursos naturales, adaptarse a los nuevos patrones climáticos y conjugar la protección del medio ambiente con la viabilidad económica. Por otro lado, la transformación tecnológica en el sector alimentario revoluciona la forma en que las empresas utilizan la tecnología para diseñar y producir nuevos productos.
Incorporando tecnologías como Internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial y robótica, es posible eficientar la cadena de suministros, automatizar y optimizar procesos productivos, mejorando sustancialmente la trazabilidad alimentaria en un mercado global exigente y más regulado. Es así posible desarrollar una agricultura inteligente que permita monitorear en tiempo real variables críticas, digitalizando la logística de un predio agrícola y, en el desarrollo de productos alimentarios, ampliar el uso de materias primas (e.g. nuevas fuentes proteicas), diseñar alimentos más saludables o avanzar hacia una nutrición personalizada.
Al consumir el 30% de la energía y emitir hasta el 22% de gases de efecto invernadero (FAO), el avance tecnológico es esencial para reducir el impacto en una cadena de producción que desperdicia alimentos, con graves consecuencias medioambientales. Esto es especialmente preocupante en un contexto global desbalanceado donde asegurar el suministro de alimentos a una parte de la población es un desafío, y por otro lado, resolver problemas de obesidad y de enfermedades crónicas relacionadas a la alimentación es una amenaza significativa. Por esto, la industria alimentaria tecnológica (foodtech) será clave para un desarrollo sostenible.
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