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Ingeniero de la NASA experto en robótica comparte avances en la búsqueda de vida en el universo

5 de abril de 2017


En su visita al Centro de Innovación UC para participar de la primera Creathon de Aguas Andinas, Miguel San Martín compartió los últimos descubrimientos de la entidad aeroespacial y sus próximos proyectos, además de cómo la colaboración con privados ha llevado la exploración del espacio al siguiente nivel.

Con 32 años dedicados a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y una protagónica participación en una serie de misiones a Marte, Miguel San Martín (58) reúne una serie de datos y anécdotas capaces de llevar a cualquiera a viajar por el espacio en busca de agua, en busca de vida.

Oriundo de Villa Regina, provincia de Río Negro, Argentina, el ingeniero recuerda con gran emoción como la llegada del Apolo 11 a la luna en los ’60 marcó un hito en su vida, y se convirtió en una de sus mayores inspiraciones para seguir con fuerza lo que pareciera una hazaña imposible: ser parte de la reconocida entidad aeroespacial estadounidense. Fue así que con 19 años y un inglés bastante básico, partió a estudiar Ingeniería en Electrónica en la Universidad de Siracusa (Nueva York, EEUU), recibiéndose como Estudiante de Ingeniería del Año, para luego cursar un master de Ingeniería Aeronáutica y Astronáuticas del MIT. Fue en dicha entidad donde su sueño de volvió realidad, cuando la misma NASA fue la que acudió en su búsqueda para reclutarlo entre sus filas.

En sus inicios, el actual Jefe de Ingeniería para Guiado y Control del Laboratorio de Propulsión a Reacción (Jet Propulsión Laboratory) de la entidad espacial, participó en misiones como Magallanes (1989-1994), que puso orbital en torno a Venus la primera sonda planetaria lanzada por un transbordador espacial, y Cassini (1997), encargada de depositar la sonda Huygens en la órbita de Saturno. Luego, la excelencia de su trabajo lo llevó a liderar el  equipo de ingeniería de las misiones Mars Pathfinder (1997), Mars Exploration Rovers Spirit y Opportunity (2004), y Mars Science Laboratory Curiosity (2012), depositando con éxito diversos vehículos robóticos sobre suelo marciano.

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Aterrizaje del Curiosity en Marte

– En 2020 se viene una nueva misión a Marte ¿Cuál es su objetivo y qué participación tendrá en ella?

– En los últimos 20 años me he dedicado a la exploración de Marte, particularmente en el área de guiado, navegación y control en el descenso, lo que es sumamente complejo porque todo sucede de forma automática. A la señal le lleva 10 minutos llegar a Marte y, por lo tanto, no se puede controlar en vivo lo que tiene que ocurrir. En este proceso sucede lo que llamamos los «7 minutos de terror«, que es el tiempo en que la nave espacial llega a la parte más alta de la atmósfera del planeta para luego descender 125 kilómetros hasta posarse sobre su superficie. El descenso sólo lo podemos probar en ese momento y no hay lugar para el error, pues podría llegar a costar la misión completa.

Yo he tenido la oportunidad de trabajar en prácticamente todas las misiones que han aterrizado vehículos robóticos en Marte, siendo el último y más grande Curiosity, con cerca de una tonelada de peso y el tamaño de un Mini Cooper, cuya misión tomó 8 años de trabajo (Lee la nota de LUN «Ingeniero de la NASA detalla las cuatro grandes dificultades de viajar a Marte»). En Marte 2020, donde soy consultor, se utilizará la misma tecnología del Curiosity, pero con nuevos instrumentos. La idea es ir a tomar muestras del suelo y encapsularlas para traerlas de vuelta a la Tierra en una futura misión para analizarlas. Queremos hacer mediciones buscando si hay minerales que hayan sido depositados por procesos biológicos de organismos, y averiguar si realmente existió vida alguna en Marte en un pasado distante. Estamos hablando de unos 3.000 millones de años atrás.

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Dunas de Marte

– ¿Por qué la NASA busca vida en Marte?

– Queremos saber si estamos solos en el universo. Hoy sabemos que la vida se ha dado en nuestro planeta Tierra, pero no tenemos ninguna evidencia de que se haya dado en otro lugar. Entonces, buscamos cerca de nosotros en Marte.

El programa en este planeta comenzó con Viking en el año 1966, y continuó con una serie de misiones que buscaban agua o la evidencia de que hubo agua en algún momento, porque para la vida se necesita agua. Curiosity terminó esa fase dejando bien claro que  Marte no sólo  tuvo agua en su pasado distante, sino que había agua con un pH neutral que era muy favorable para la vida. Además determinó que otros bloques esenciales para esta -como el fósforo, el oxígeno y el carbono- también existieron en el planeta, por lo que en las próximas misiones hay que determinar si es que a pesar de que estaban presentes todos esos componentes, se dio efectivamente la vida o no.

– ¿Y qué pasa con otros planetas y satélites donde hay agua en estado líquido hoy?

– Actualmente hay un gran interés en la NASA y agencias espaciales de otros países por investigar Europa, que es una luna de Júpiter donde hoy sabemos que hay agua líquida, incluso más que en nuestro propio planeta Tierra. Mientras que en Marte hablamos de un pasado que contenía gran agua, Europa hoy tiene una capa de hielo, una de agua y una rocosa. Al menos esa es la especulación científica.

Uno se puede preguntar cómo es que un cuerpo que está lejos del Sol tiene agua líquida ¿Por qué no se congeló? En el caso de Europa es por las mareas. El efecto de la gravitación de Júpiter hace que la luna se comprima y extienda, generando calor con el rozamiento  y, a través de esta energía, el agua se mantiene en estado líquido. Además se piensa que en Europa están todos los elementos para la vida, y no es totalmente loco pensar que hay vida en aquella luna hoy en día, por lo que es sumamente interesante para la astrobiología.

Lastimosamente nos queda más lejos y se encuentra en un ambiente de radiación por el campo magnético de Júpiter, que atrapa las partículas energéticas del Sol y de Io, que es otra luna del planeta. Eso hace que las dificultades para estudiar Europa sean aún más grandes que las de Marte, pero los posibles descubrimientos hacen que valga la pena estudiarla.

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Gráfica de la NASA de cómo sería la superficie de Europa

La empresa a la conquista del espacio

En los años ’60 el hombre fue a la luna y, desde aquel entonces, no sólo no ha vuelto a ella, sino que se ha quedado en la órbita terrestre. Por eso, San Martín cuenta que el objetivo actual de la NASA es salir del planeta para ir a Marte.

«Se trata de un desafío no menor», afirma el ingeniero, señalando que el planeta rojo no sólo está en la mira de la entidad aeroespacial estadounidense, sino que la startup de Elon Musk, SpaceX, avanza a paso firme en la misma dirección.

– ¿Podremos llevar personas a Marte?

– Ese es el objetivo de la NASA. El problema es que llevar gente a la superficie de Marte es mucho más costoso y difícil que lo que se hizo cuando el hombre llegó a la luna (Lee la nota de La Tercera «Jefe Técnico de la Misión Curiosity de la NASA: Yo creo que la primera misión a Marte será en 2030»). En primer lugar, hay que resolver el problema de la radiación y sus efectos, pues el cuerpo humano, cuando se expone a esa radiación, hace que la posibilidad de tener cáncer aumente considerablemente. Además, el viaje a Marte es mucho más largo: son 8 meses versus la semana que duró toda la misión a la luna.

El aterrizaje también es más difícil. El Curiosity tenía un peso de casi una tonelada y está al límite de lo que podemos aterrizar en Marte. Para enviar seres humanos necesitamos aterrizar de 30 a 50 toneladas, así que tenemos que buscar formas totalmente distintas para hacer eso y después traerlos de vuelta. Todos estos son problemas técnicos que se pueden resolver, pero habría que hacer una gran inversión de dinero que hasta ahora no se ha hecho y que tampoco está en los planes.

Se está construyendo un cohete y una nave espacial que son una parte de solucionar el problema, pero todavía se necesita más. Es posible que esto se pueda hacer si hay más cooperación internacional con otras agencias espaciales, o es posible que la industria privada siga abaratando los costos y haga que sea más factible todo. Por ejemplo, Space X y Elon Musk. Él quiere enviar seres humanos a Marte y no tiene tanta paciencia como la NASA.

Revisa la entrevista a San Martín que publicó Ahora Noticias

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– ¿Cómo colabora la NASA con SpaceX?

– La NASA tiene un contrato con Elon Musk a través de SpaceX y con otra compañía privada, para proveer la estación espacial internacional.

La NASA estaba utilizando muchos recursos en la estación espacial, no solamente en operarla, sino que en transportar astronautas, y eso hacía que no hubiese fondos para poder hacer cohetes y naves espaciales para salir de la órbita terrestre. Entonces, se decide contratar a SpaceX para proveer la estación espacial y así tener fondos para aventurarse afuera.

De todos modos, SpaceX tiene otros planes e ir más allá que sólo cooperar con la NASA, por lo que hay que ver cómo evoluciona todo. Tenemos el mismo objetivo de explorar el espacio y estamos muy contentos de que existan nuevas opciones, personas que lo ven desde otro ángulo y con una óptica muy distinta a la nuestra, que además tienen diferentes restricciones. Nosotros como parte del estado tenemos que gastar el dinero con más cuidado, pero la industria privada puede tomar sus propias determinaciones para avanzar.

Si tuviésemos todo el dinero del mundo, en 10 años podríamos estar en la superficie de Marte, pero los países tienen otras necesidades también. Uno se puede preguntar porqué tenemos que ir a Marte en 10 años si se puede igual hacer todo a largo plazo, y es válido.

En tanto, hay algunas compañías que están tratando de explorar el turismo espacial y yo me pregunto a nivel personal cuál es el negocio de mandar gente a Marte.  Quizás a la larga lo veremos, habrá que esperar.