29 de abril de 2015
Una empresa creada hace sólo cuatro años ya tiene 15 patentes de invención registradas en doce países, consiguió ser reconocida por Corfo como Pyme Innovadora 2014 y ya fue finalista de los premios Avonni en la categoría Minería. ¿El secreto? Un modelo de trabajo que crea nodos de empresas y que durante el proceso de creación de soluciones tecnológicas, aprende de la experiencia acumulada tanto por los operarios como por los altos ejecutivos.
Como parte de la serie de actividades “Innovando desde mi Empresa”, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini permitió a sus socios conocer a Innovaxxion, ocasión en que Aldo Labra, gerente general, y Pablo Suárez, gerente de Innovación y Desarrollo presentaron el modelo colaborativo que han desarrollado para innovar en tareas especializadas en la industria minera.
Según explica Aldo Labra, parte del secreto del éxito de la empresa está en su conformación: los cuatro socios fundadores tienen distintos perfiles profesionales que incluyen a un dibujante de cómics e ingenieros metalúrgicos y químicos que aportan la diversidad de su experiencia laboral e intereses. De esta manera, hoy Innovaxxion es una de las empresas más dinámicas en el ámbito de la propiedad intelectual, con 15 patentes de invención registradas, de las cuales el 40% ya está en proceso de registro en el sistema internacional PCT, con bajadas en 12 países.
Según explican Labra y Suárez, su filosofía de trabajo considera conceptos y tendencias como el design thinking para el desarrollo de las interfaces de usuario, y la orquestación de nodos que les permite mirar la cadena de valor desde una perspectiva distribuida, con lo que se desmarcan del foco tradicional de negocios para perseguir oportunidades en las que ensamblan empresas con distintas capacidades para competir con nuevos productos.
Para esto, Innovaxxion ya ha creado cuatro nodos con los que trabaja:
Fabricantes: donde incorporan a maestranzas, fabricantes de prototipos a escala y proveedores de insumos nacionales; y partners internacionales especializados en manufactura de alta complejidad instalados en EE.UU., China y Europa;
Software y hardware: donde han creado un ecosistema de desarrolladores de software específico para uso industrial y aplicaciones móviles, además de fabricantes de tarjetas electrónicas, chips y requerimientos de aplicaciones de software embebidas en tarjetas, ámbito en el que ya hay varias empresas chilenas;
Empresas colaborativas: lo que les ha permitido abordar desafíos de mayor envergadura en el desarrollo de soluciones específicas para minería e industria; y
Expertos: en el que trabajan con PhD en procesos mineros, han generado alianzas estratégicas con centros de investigación en minería, industria e ingeniería aplicada, y acuerdos de investigación y acceso a laboratorios con las principales universidades del país en el área de la ingeniería.
De esta manera, generaron una metodología en siete pasos sobre los que van creando innovación serial y en la que el acercamiento “bottom-up”, o desde la base hasta la cabeza de la organización, ha sido clave:
i. Identificar
ii. Entender
iii. Generar
iv. Prototipar
v. Implementar
vi. Lanzar
vii. Operar
Desafíos superados: horno flash y refinación de cobre
Con la metodología clara, la empresa pudo abordar desafíos como la mantención del horno flash en Chuquicamata, equipo que funde 2 mil 300 toneladas diarias de cobre y requería hasta 1.200 personas para su mantención. Para hacer este procedimiento más eficiente, partieron por simularlo y modelaron la mantención. De esta forma, vieron que la carta Gantt establecida necesitaba ser reestructurada y además se debía homogeneizar la toma de decisiones operacionales. Para ello, generaron una plataforma con protocolos que construyeron de la mano con los operadores para las 15 o 20 variables que involucran a los equipos completos, lo que permitió reducir los tiempos de mantención en un 20%. A partir de ese desarrollo, crearon modelos de constructibilidad y mantenimiento que sumaron a los modelos operacionales y ahora constituyen una plataforma factible de ser llevada a otros equipos e industrias como la celulosa.
Por otro lado, consiguieron disminuir la tasa de desechos en el proceso de refinación del cobre a un 10 por ciento, sólo al diseñar un nuevo modelo de ánodo sin oreja, de fabricación simple para las fundiciones de cobre y que utiliza un 30% menos de energía en su producción. ¿Cómo lo consiguieron? Preguntando a los operarios que trabajan con estos moldes de qué manera podrían hacer más eficiente su labor, haciendo prototipos rápidos en las primeras etapas de este trabajo –cuando es más barato errar- y aprovechando el conocimiento disponible en universidades.
Luego de dos años de trabajo, los nuevos procesos desarrollados tienen potencial de ser escalados internacionalmente dado que los procesos de refinación y mantención se hacen de la misma manera en todo el mundo; los patentaron internacionalmente y ahora ya están presentes en las 12 naciones que concentran las mayores refinerías en el mundo.
Modelo colaborativo e ingeniería del conocimiento
Innovaxxion ha desarrollado un modelo de negocios colaborativo con dos componentes, donde una parte del desarrollo es invertida por la compañía interesada y el resto de la apuesta es asumida por ellos, a través de los nodos de trabajo con que generan los nuevos procesos y productos.
En paralelo con lo anterior, el éxito de las innovaciones incorporadas a las empresas pasa por una adecuada gestión del cambio, en la que hacen parte del nuevo proceso a los trabajadores de estas industrias, quienes terminan interesados en capacitarse durante el proceso. Para Innovaxxion, esto es “ingeniería del conocimiento”, no gestión, porque las personas son parte del proceso y del conocimiento. Para Aldo Labra, si esto no se hace así, “los procesos no son replicables”.
Es precisamente este aspecto el que destacaron los socios del Centro de Innovación UC presentes en la actividad. Para el jefe de Excelencia Operacional de Cintac, Felipe Alvear, esa forma de integrar a las personas en las soluciones, es la que permite “llegar a algo de nivel superior”.
Felipe Atala, de Movix, empresa dedicada a las telecomunicaciones, coincide en que la forma de trabajo hace de la experiencia de Innovaxxion un modelo replicable: “esta es una industria diferente a la mía y, más que metodología es la forma en que lo armaron ellos: trabajan de manera colaborativa y les funciona, y la ruta sería cómo reproducir eso. Ellos acotan el riesgo repartiéndolo en su cartera de socios y después comparten el éxito, que es un modelo interesante porque para innovar necesitas arriesgar”.