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Itay Talgam: Dirigir con armonía, el reto de las organizaciones 

24 de junio de 2024


Desde Ámsterdam, ciudad donde reside, el reconocido director de orquesta y consultor empresarial, Itay Talgam, visitó el Centro de Innovación UC en su décimo aniversario, quien inspiró a los asistentes a la celebración con una excepcional ponencia sobre liderazgo, en línea con el rol orquestador del Centro. El director de orquesta visitó el Centro de […]

Desde Ámsterdam, ciudad donde reside, el reconocido director de orquesta y consultor empresarial, Itay Talgam, visitó el Centro de Innovación UC en su décimo aniversario, quien inspiró a los asistentes a la celebración con una excepcional ponencia sobre liderazgo, en línea con el rol orquestador del Centro.

El director de orquesta visitó el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, el día previo a su presentación en el décimo aniversario del Centro, donde tuvo la oportunidad de conocer al equipo y el ecosistema que alberga el icónico edificio del Centro.

Ramón Molina, director ejecutivo del Centro de Innovación UC, mientras conversaba con Talgam, señalaba “De verdad que lo seguimos hace años y siempre nos ha parecido muy interesante la forma en que transfiere su conocimiento del ámbito musical y como director de orquesta, a la cultura organizacional, relevando los tipos de liderazgo y promoviendo la innovación”.

Itay, quien conectó con la audiencia a través de su inspiradora presentación, bromeaba diciendo: “Aclaro que no es mi culpa que me siguieran en redes sociales”, mientras exponía frente a los más de 250 asistentes presenciales, además de otros cientos conectados a través de la transmisión en línea.

La participación del renombrado director de orquesta nació de una invitación, dado el rol orquestador del Centro de Innovación UC, que desde sus inicios se mueve tras el compromiso de inspirar, conectar y orquestar la innovación, entendiendo estos tres verbos como el eje fundamental de su quehacer, donde el orquestar tiene un valor especial, toda vez que actúa como un ente articulador de las capacidades de la universidad con el sector productivo y público.

Itay Talgam en su presentación abordó el concepto de armonía humana, la cual planteó como necesaria, tanto para una obra musical como para el funcionamiento de una organización. Enfatizó que la armonía se debe dar en todos los niveles y entre compañeros de trabajo, llamando a quienes están en los cargos superiores a conectarse profundamente con sus equipos, para potenciar las capacidades individuales y empujar adelante a la organización.

“Lo importante en una orquesta no es entender que todo es la música, pues son las notas las que arman algo”, profundizó Talgam ante una audiencia que lo siguió atento. Detalló que “es el rol del director, donde debe estar alguien que conduzca el cauce de las personas con sus miedos, frustraciones y sueños, guiándolas a una armonía que permita las mejores interpretaciones”.

El rol de director

Abordando las labores que debe tener un director de orquesta, Itay le ofreció un viaje por diversas experiencias en dicho rol a quienes participaron de su ponencia.

“Les iré mostrando diversos directores y quiero que ustedes sean una especie de comité y analicen a cada uno de ellos”, señaló entusiasmado el charlista.

Pasando por Riccardo Muti, Richard Strauss, Nathalie Stutzmann y su maestro Leonard Bernstein, los invitados fueron siendo guiados por el director, para percibir las diferencias en cada uno de los estilos al momento de estar frente a una orquesta.

Fue detallando una dirección más categórica y sin espacio a errores, como la de Muti, donde todos pudieron evidenciar a través de un video presentado a pantalla completa, cómo desde su gestualidad hasta sus expresiones de cara a la orquesta, el nulo espacio para que los músicos pudieran aportar con algo extra que no sea lo que específicamente él, como director, marcaba.

Mientras analizaban los casos que el autor del libro “El Maestro Ignorante” exponía, los invitados iban participando y entregando análisis más detallados. “Me parece enérgico”, señaló alguien; “muy fuerte en sus gestos”, apuntaba un invitado; “lo contrataría por ser bastante guapo”, añadía una invitada, entre las risas del público.

Itay contó diversas anécdotas respecto a la relación entre los músicos y Muti, quien fue desvinculado y tuvo que probar suerte en otro país, pues los intérpretes si bien reconocían su capacidad como director de orquesta, declaraban en el pasado que no les daba espacio para expresarse, y eso les afectaba en sus espacios creativos y, en consecuencia, en sus vidas.

Luego, presentó un extracto de Richard Strauss, demostrando que no tenía grandes expresiones a la hora de desarrollar su labor. “¿Notan como pasa la hoja, como mira sin expresión alguna a los músicos?, ¿qué les parece este estilo de dirección?”, invitaba Itay a participar a los presentes.

Tímidamente algunos opinaban y sonreían a las intervenciones de Talgam. Él aclaraba, “sé que algunos son tímidos, no hay problema de eso”, mientras desde el escenario amenizaba con historias personales y vivencias, destacando que este mismo director, fue quien escribió el decálogo del director de orquesta.

El también consultor de empresas, se detuvo en las potentes expresiones de Carlos Kleiber, quien fue reconocido mundialmente por la fuerza que proyectaba desde su rol de dirección de orquesta. Rescató cómo esa expresión, también mostraba control sobre la orquesta, “lo que les quita libertad a los músicos, porque se ve como una invitación a participar, pero en realidad no es así, ya que el director controla profundamente todo lo que hacen los músicos y no se logra una profundidad en las interpretaciones”.

Realizó un paralelo entre la labor que tienen ciertos cargos gerenciales en las organizaciones y la dificultad que tienen para darle a su equipo libertad de acción y cómo eso no permite conexiones más profundas, donde se vea a la persona tras el cargo que tienen.

Promotor de conversaciones profundas

“Eso es lo mejor de esta experiencia”, aclaró luego en una entrevista, “el que nos podamos haber conectado con la audiencia, nos permitió crear una armonía única y eso es lo que debe hacer cada director en su compañía”.

Ocupando de ejemplo los cauces y la naturaleza del agua, Itay explicaba que “al agua no se le dice qué hacer, lo que uno debe hacer es preparar el terreno, darle espacios que le permitan expandirse, y así también sucede con las personas”, y les hacía un llamado a las gerencias de las compañías, “tú debes conducir solamente, preparar el terreno para tu equipo, permitirles expandirse y profundizar, así se puede recolectar lo necesario de cada integrante”.

En su presentación, Talgam explicó que sucedía lo mismo en las orquestas, poniendo de ejemplo una conversación que han tenido directores a quienes en escena se les ve más fluidos, menos categóricos en sus gestos, “pero ellos explican que sienten que los músicos deben saber cuándo ingresar a la nota, porque es algo íntimo, los siento como una extensión de mis propios dedos, lo que nuevamente parece ser libertad, pero nuevamente todo tiene que ver con una sola persona”.

“El tipo de control que tienen quienes están en las direcciones de sus compañías, es importante”, explicaba Itay, detallando que “lo relevante es notar las diferencias de cada integrante, con sus miedos, sus aspiraciones, frustraciones, en su totalidad, como se debe hacer con los músicos en las orquestas”.

Tomando extractos de videos de su maestro Leonard Bernstein, Talgam mostró las diferencias entre su mentor y los demás directores de orquesta, “porque él veía la orquesta no como un todo, él veía seres humanos, veía a las personas que están detrás y eso le permitió tener conexiones significativas, lo mismo que deben generar en sus organizaciones, porque sólo así se puede tener una correcta armonía”. Firmó libros, se sacó fotografías, conversó con los invitados que lo abordaron para inmortalizar el encuentro con una selfie o una conversación más íntima y agradeció la participación de quienes fueron parte de su charla y la conmemoración del décimo aniversario del Centro de Innovación UC, donde todo fue una experiencia única, dando cuenta de las capacidades de la tecnología, representada a través de uso de inteligencia artificial, en armonía con la máxima expresión de la creatividad humana.