8 de abril de 2019
Columna de Conrad von Igel, Director Ejecutivo del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el lunes 08 de abril de 2019 en Economía y Negocios, El Mercurio.
La Investigación y Desarrollo (I+D), en el plano general de las empresas chilenas, no se mide, menos aun se gestiona, se plantean metas o se promueve su crecimiento. Es una materia que urge corregir, porque la evidencia práctica indica que las compañías con mejor desempeño en innovación crecen más, son mejor percibidos por empleados y toman mejores decisiones, es decir, la I+D es un pilar de la innovación que le permite a las instituciones sobrevivir en un mundo competitivo.
A nivel nacional, la inversión en I+D –relativa al PIB- sigue cayendo, situándose en un magro 0,36%. Si bien, es una noticia que preocupa al ecosistema de innovación, todavía no es un tema que discuten directorios, gremios o La Moneda. Mientras la Investigación y Desarrollo sea invisible, estos resultados no debieran sorprendernos.
¿Qué significa que se invierta el 0,36% del PIB en I+D? Significa que, porcentualmente, invertimos menos que en cualquier otro país de la OECD en recursos y capital humano para generar conocimiento. Según los resultados de la reciente Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en I+D, las 20 empresas que más invierten en Chile concentran el 47% de este gasto. Es decir, es bajo y está concentrado en pocos, y podemos inferir que sólo en estas compañías encontremos capacidades reales de I+D a nivel nacional.
También es importante destacar que desde 2008, en Chile existe una Ley de I+D. Contar con esta heramienta es valioso para el desarrollo del país y, por ende, es una instrumento con responsabilidad social y con una mirada de mediano a largo. El hecho de que la Encuesta dice que un 43% de las empresas no postularon a la Ley de I+D por desconocimiento, hace relevante la difusión de esta Ley, al igual que derribar los mitos que existen sobre su uso.
Es importante visibilizar el trabajo que se realiza en Investigación y Desarrollo a nivel nacional para que estas conversaciones trasciendan el ecosistema. Sólo así lograremos solucionar los problemas complejos de nuestras principales industrias, sofisticar los servicios que entregamos como país y sobrepasar el 1% de inversión.
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