11 de julio de 2016
Risas y aplausos acompañaron la ponencia del psiquiatra y director del Centro de Educación Sexual Integral Ricardo Capponi en el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini. El medico UC, que abordó el desafío de desarrollar una cultura de innovación en empresas, analizó la importancia del liderazgo y las experiencias de cambio para implementar procesos de innovación.
Iniciando su ponencia, el experto estableció un nexo entre el bienestar personal y el bienestar de una empresa. Según Capponi, el objetivo de tener una vida realizada tiene menos que ver con placeres hedonistas que con capacidades para enfrentar desafíos complejos de la vida. De tal manera, la capacidad innovadora de una empresa, al igual que la de una persona, se desarrolla plenamente al proveer experiencias estimulantes para quienes trabajan en ella.
Si bien potencial de cambio psíquico de una persona es inmenso, hay que someterla a condiciones emocionales adecuadas para que lo generen. “La mente no cambia por bolitas de dulce, sino cuando se ve amenazada en su funcionamiento. Y para que esto se de, debe gestarse en un nivel afectivo”, indicó el expositor, quien insistió en que empresas deben abrirse al mundo para ser impactadas.
El problema para implementar estas experiencias, explicó Capponi, radica en la mentalidad tradicional de sólo enfocarse en obtener recursos, fama o poder. “Hay que transformar esta condición hacia un carácter cada vez más generoso y altruista. Ese cambio psíquico se hace a través de una experiencia de motivación intrínseca que no puede ser impuesta”, destacó. Dichas experiencias dependen de «la capacidad de cambio» de la empresa que, según Capponi, deviene del liderazgo. Las empresas están en un estado de desafío constante, ya que siempre hay elementos amenazantes en el futuro. Para reconocerlos y aprovecharlo es necesario el liderazgo para adecuar las capacidades de manera sólida.
“La empresa funciona desde una perspectiva hiperrealista. Implementar un modelo, luego crear una experiencia, corregirla, para finalmente repetirla. La tendencia natural es saturar la mente con modelos, pero eso frena el pensar y, al quedarnos en eso, caemos en la anti innovación. Por eso los modelos no son para intervenir en la realidad, sino para habilitar el pensamiento en la incertumbre”, explicó Capponi.
Respondiendo a numerosas preguntas de los asistentes, el experto sugirió una serie de pasos para trabajar en un espacio que genere experiencias. Como primera acción, empresas deberán dejar el enfoque en premios y castigos para motivar de manera más integral a sus trabajadores y así evitar una dependencia a estos estímulos, no muy diferentes a una adicción. Talleres grupales para conducir el cambio cultural dentro de la empresa también figuraron entre acciones viables para inducir este cambio de mentalidad.
“Me hicieron mucho sentido los puntos que desarrolló el doctor Capponi”, dijo Loreto Desanillas , consultora gestión de innovación Hookah. “En nuestros talleres tenemos muy incorporado este cambio de actitud emocional y trabajamos para que las personas aprendan haciendo. La idea es que de estas experiencias la persona gatille la motivación que requiere su trabajo”, expresó.
La actitud de una persona resiliente a los cambios es una actitud innovadora. De la misma manera, una empresa innovadora no es sólo la que crea un nuevo producto o servicio, concluyó Capponi: “Es la que esté creciendo y desarrollándose a sí misma permanentemente para comprender los desafíos de su entorno”.
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