23 de mayo de 2022
Sin lugar a dudas la innovación ha sido uno de los factores fundamentales para que las sociedades quiebren paradigmas, mejoren la calidad de vida de las personas y, por cierto, ampliar el campo de entendimiento para resolver desafíos propios de los entornos.
Por esto, innovar es una necesidad ineludible y necesaria. Aquí cabe preguntarse ¿cómo fomentar la innovación desde una perspectiva funcional? ¿Son acaso los ecosistemas de innovación una manera de promover la integración de ideas, talentos, servicios y productos?
Podríamos entender un ecosistema de innovación como un entorno constituido por diversos organismos y funciones interrelacionados que tienen como finalidad promover la innovación y a partir de ella el desarrollo económico de un territorio. Dicho de otro modo, estos son sistemas complejos donde cada componente tiene una función que genera sinergias.
Todo ecosistema de innovación debe reconocer la relevancia de generar vínculos estratégicos entre quienes forjan el conocimiento, quienes emprenden en proyectos y quienes toman las decisiones en el ámbito legislativo. Por ende, resulta ser un imperativo para la formación de capital humano avanzado, que se fortalezcan estas redes de encuentro y seguir robustecer la institucionalidad para que el I+D se conecte con la Industria.
Cabe destacar, que los ecosistemas de innovación promueven un trabajo colaborativo, en torno a objetivos definidos pero al mismo tiempo flexibilizando las distintas visiones para que la adaptabilidad sea un denominador común que permita dar soluciones a los desafíos del mediano y largo plazo.
Por eso estos ecosistemas deben facilitar y monitorear el desarrollo de proyectos basados en la innovación. Es importante mencionar que cada parte desarrolla una función o rol concreto en el ecosistema. Así, cada actor puede tener claro qué necesidades debe cumplir y qué resultados debe aportar: informar, proveer, capacitar o financiar entre otros.
De lo anterior entendemos que dentro de los ecosistemas hay actores que juegan el rol de articuladores que aseguran la creación de espacios y plataformas para que los diferentes actores colaboren de forma activa. A su vez, destacan los vinculadores quienes suelen ser instituciones públicas o privadas que tienen por objetivo conectar organizaciones con intereses similares para que puedan aprovechar sinergias y tomen un mayor impulso entre ellas. Estos pueden ser: cámaras empresariales, consejos industriales, etc.
También nutren el ecosistema los actores generadores de conocimiento. Estos impulsan la creación de nuevos proyectos y tecnologías innovadoras. Pueden ser: centros de desarrollo, de investigación, de diseño o departamentos de investigación y desarrollo en universidades, etc.
A modo de síntesis, estos sistemas complejos que se basan en el trabajo colaborativo fomentan la creatividad de los talentos tanto locales como internacionales. Estos interactúan constantemente y se adaptan a los desafíos propios del entorno. Finalmente, el resultado de todo ecosistema de innovación es poder crear una cultura que mueva a una comunidad a generar nuevas formas de resolver problemas, con pensamiento crítico y capaz de promover nuevos puntos de vista. Ahora es tu turno de buscar la ruta innovadora que aporte a la comunidad de emprendedores de Chile y su ecosistema.