22 de abril de 2020
Pocas veces se movilizan tantas organizaciones a nivel mundial para responder juntas a un desafío. Los beneficios de modelos de innovación abierta posiblemente nunca han sido más evidentes que hoy, frente a la amenaza del Coronavirus.
Así lo demuestra el ecosistema de innovación UC, que en conjunto con otras universidades y el Ministerio del Interior, inició una serie de iniciativas enmarcadas en la Mesa Social COVID-19. Académicos de diversas disciplinas ayudarán en la gestión de la enfermedad en el territorio nacional.
Para ello, el FabLab del Centro de Innovación UC creó un protector facial de rápida impresión 3D, tomando sólo la mitad de los 120 minutos de fabricación que toman modelos comunes.
Otra colaboración entre Copec, la Posta Central, la Red de Fablab UC y académicos de Diseño y Medicina desarrolló protectores faciales para ser utilizados en hospitales.
La alianza de la OMS con más de 120 organizaciones líderes en ciencia, tecnología y salud, para co-desarrollar una vacuna; la alianza entre el PNUD y empresas digitales como Microsoft, Amazon y Google para levantar herramientas de bajo costo para detectar el virus; y el Desafío COVID-19 de Arauco demuestran cómo la contingencia es un relevante catalizador de innovación.
Otras organizaciones en Chile también se han unido frente a la crisis sanitaria. La Comunidad de Organizaciones Sociales, junto al BID y el Ministerio de Desarrollo Social, creó “Movidos x Chile”, una plataforma de crowdfunding para ayuda humanitaria.
Familias Entrelazadas, en colaboración con fundaciones sociales, permite a usuarios financiar alimentos para comunidades vulnerables.
Los beneficios de la colaboración no sólo se limitan a épocas de crisis. Como indica el CTO de NTT Data Services, la habitual falta de colaboración entre compañías se debe a que el retorno no siempre es evidente. Dicho de otra manera, cuando el retorno es combatir una pandemia mundial, organizaciones y comunidades tienden a estar más dispuestas a colaborar.
Un estudio de la Universidad de Stanford preguntó “¿son las ideas cada vez más difíciles de encontrar?”, en referencia a la creciente complejidad de innovar con los equipos y recursos de una sola empresa.
Con esta creciente dificultad de “encontrar ideas” al interior de sus organizaciones, modelos como la Innovación Abierta, modelo que invita a otras organizaciones a participar en el levantamiento de soluciones, se han vuelto una alternativa atractiva.
Innovación Abierta permite ahorrar costos, facilitar la implementación de nueva tecnología y acortar tiempos para llevar nuevos productos y servicios al mercado. Los beneficios de estos modelos no son exclusivos a multinacionales. Así lo revela un estudio del Journal of Business Research, que asocia un mayor rendimiento organizacional en emprendimientos y PYMES que emplean modelos abiertos.
La crisis sanitaria a nivel mundial continúa demostrando el valor que genera la colaboración entre empresas. La creciente cantidad de iniciativas colaborativas demuestran cómo modelos de innovación abierta pueden generar valor ágil y eficazmente. Dada la creciente dificultad de “encontrar ideas” en tiempos de incertidumbre, líderes se verán obligados a considerar su inversión en innovación inteligentemente, para así impactar en el EBITDA de su empresa.
